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La UE respira tras la primera vuelta de las presidenciales en Francia, pero la amenaza persiste

El candidato a la segunda vuelta de las presidenciales francesas por el movimiento ¡En Marcha!, Emmanuel Macron, tras su clasificación en la primera vuelta, el 23 de abril de 2017, en el Parque de las Exposiciones de París afp_tickers

El alivio era palpable este lunes en Bruselas tras la clasificación del europeísta Emmanuel Macron para el balotaje de la presidencial francesa, aunque el resultado de la primera vuelta mostró de nuevo un fuerte descontento con la Unión Europea (UE) y la vigencia de la ultraderecha eurófoba.

“No hay que infravalorar los votos a Le Pen porque muestran un descontento que se manifiesta no sólo en Francia, sino también en muchos países europeos”, constató por su parte el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.

La dirigente del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, se clasificó para el balotaje con un 21,53% de los votos (7,6 millones de votos), por detrás del centrista socioliberal Macron, un exbanquero con escasa experiencia política que obtuvo un 23,75% (8,5 millones de electores).

Sin embargo, el voto de desconfianza con la UE supera el 40% si se tiene en cuenta el importante resultado registrado por el candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon (19,64%), apunta Catherine Fieschi, directora del centro de investigación Counterpoint, con sede en Londres.

La prisa de los dirigentes europeos por felicitar a Macron, incluso antes de conocerse los resultados finales, refleja la preocupación ante los movimientos euroescépticos o directamente anti-UE, vigente desde el referéndum sobre el Brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Incluso el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, abandonó su neutralidad en unas elecciones nacionales para felicitar durante la noche al candidato de ¡En Marcha! y desearle “ánimo para lo que sigue”.

Para justificar esta ausencia de neutralidad, su portavoz, Margaritis Schinas, aseguró este lunes que Le Pen “busca la destrucción de Europa”.

“Bruselas estaba preocupada, ha habido un respiro”, aseguró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien urge no obstante a “no clamar victoria”, ya que “la segunda vuelta no se ha celebrado todavía”.

– ¿Cambio de ciclo? –

Hay que “luchar” contra “las imposturas del Frente Nacional: la del Frexit [una salida de Francia de la UE basada en el modelo del Brexit] y de la salida del euro”, insistió Moscovici, que consideró “bastante aterrador” que 7,6 millones de franceses votaran por la candidata ultraderechista.

En Austria, el partido de extrema derecha FPÖ celebró “un nuevo éxito” para la “primavera patriótica en Europa”. “Los viejos partidos del ‘establishment’ y sus desacreditados representantes desaparecerán gradualmente hasta volverse insignificantes en toda Europa”, deseó su presidente, Heinz-Christian Strache.

Tras la victoria de los partidarios de la salida de Reino Unido de la UE en junio de 2016 y la victoria ajustada del candidato ecologista frente al ultraderechista en las elecciones presidenciales en Austria en diciembre, las formaciones eurófobas esperaban encadenar triunfos en un 2017 marcado por los comicios en Holanda, Francia y Alemania (septiembre).

Al igual que Marine Le Pen, el dirigente anti-UE holandés Geert Wilders y su Partido por la Libertad (PVV) terminó segundo en las legislativas a mediados de marzo, pese a encabezar durante semanas los sondeos.

Wilders obtuvo con todo “500.000 electores más” respecto a 2012, “en un momento de poco desempleo y en el que Holanda va bien”, destaca Catherine Fieschi, para quien, “incluso cuando hay una recuperación económica en Europa”, esta “no parece tener un impacto en la decepción y la movilización de los electores populistas”.

“A menos de llevar a cabo una política más próxima de la gente, tratando sus problemas diarios, como la cuestión de los servicios públicos o la manera en que se sienten valorados socialmente, estos electores van a sentirse cada vez más excluidos”, añade.

Otros analistas ven, por otro lado, un cambio de ciclo con la presidencial francesa, que Macron debería ganar con más del 60% de los votos en la segunda vuelta, el 7 de mayo, según los sondeos.

Para Stefan Kreuzkamp, analista de Deutsche Asset Management, “tras los comicios en Holanda y en Austria, y mientras [la formación antiinmigración] AfD cae en los sondeos en Alemania, la primera vuelta en Francia sugiere que los populistas perdieron mucho terreno en 2017”.

“Lo peor de la oleada de cólera populista podría quedar atrás dentro de poco en Europa”, estima también Holger Schmieding, analista del banco alemán Berenberg.

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